jueves, 5 de abril de 2012

Emilia Pardo Bazán



Emilia Pardo Bazán en su escritorio, 1883



Mi casa es la casa de más visitas y sociedad de La Coruña: y no siempre se puede desatender a la gente. Después, tengo dos niños que me embelesan; familia que no me deja mucho tiempo sola; el movimiento literario regional, que afluye aquí; me estoy perfeccionando en el alemán, que aprendí sola y ahora corroboro con el ejercicio; tengo la dirección de la revista; mi buen amigo Ortí desea que refunda el darwinismo y estoy echando las bases de ese trabajo; ¡aún olvido muchas cosas! Agregue Vd. que a veces padezco y tengo que suspender mis obligaciones todas y atender solo al hígado... [...]


Hay que formarse idea de lo que es la vida de una señora en una capital de provincia, y más si está absorbida por estudios especiales a que dedica todo el tiempo que le dejan libre la sociedad y la familia. [...]


Esta es mi profesión de fe: el que tiene disposiciones para escribir debe hacerlo: empezando por poco para ir a más; errando algunas veces para acertar otras; en estilo florido o severo, alto o bajo, como pueda; de asuntos graves o frívolos, según le dicte su temperamento; sin aspirar a la suma perfección y sin creerse superior a los demás...






[ Fragmentos de cartas de Emilia Pardo Bazán. En Eva ACOSTA, Emilia Pardo Bazán. La luz en la batalla, Barcelona, Lumen, 2007 ]


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